BUKU BASA PORTUGIS KAKAIT KARO «ATURDENTE»
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1
A morte do sapateiro: a saga dos anos 30
De oposicionista, a folha transformara-se oficiosamente em incensadora dos
delegados governamentais vitoriosos. Numa meia- volta volver aturdente, o
jornal tornou-se defensor da ilegalidade que jorrava nos atos de emergência,
repetição ...
... que a orquestra, num tremolo caraterístico e aturdente, traduz com. 134. í —
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Carlos de Vasconcelos, 1913
Esto era aturdente, considerado bajo el punto de vista de la memoria. Don
Raimundo imponia con razon espanto á la Chancillería, de que formaba parte.
— Voy , voy á tomar nota de esos folios, — dijo el presidente,— porque yo no
tengo la ...
Manuel Fernández y González, 1870
Al tratar de prender el carro empezó a sonar una alarma, era aturdente, una
chicharra rarísima, nunca había oído una alarma de ese tipo en un carro, del tipo
que tienen las cárceles y que suenan cuando se escapa un reo. Nos bajamos de
...
Raúl Eugenío González de la Garza, 2007
Y como que se estaba esperando al Cid, era de suponer fuese suya aquella
trompeteria que se acercaba ruidosa, aturdente, magnifica. El popular se agolpó
á la calle de donde provenia el ruido, y "muy pronto vieron ocho ó diea
trompeteros ...
6
Laws Passed at the Session of the General Assembly of the ...
... tienq)o, usando para ello cualquier droga venenosa, ó emponsouada ó
aturdente, ó que se hága uso para eso de cualquier sustancia explosiva, ó por
que hága alguna ereccion para cualquier estanque, represa ú otra obstruccion
artificial, ...
7
La Candela de San Jaime
... no era tan f ótafó de ingenio 1» «^^no^ó^tojiréttdiese lo grave, extraño,
aturdente é in- ;íi^^oHn)í^á^é^oí^*W»h^aVé4ír 'fi^rékto aquellas pa • *fc ^"'fai^
ertotfSe -aturdió de tal manerarqae por decir al- ^^g^querfeirdo y no pUdiendo^
balbtWe4 ...
Manuel Fernández y González, 1897
8
La luna sombre la calle
Le cruzan los sedales por la espalda sajándole un anzuelo con su marca. Y en
medio de la mar, lejos del puerto, con un vasto sudario de esmeralda, en el viaje
final se hunde la barca. Recorre el tren los paralelos rieles con aturdente fiebre ...
9
La Luna de miel y la luna de hiel
... cuando toque los resultados. — Veremos, dijo don Nicomedes. — Cuento con
que usted será esta noche mi introductor. — Lo seré, señora. — Plan magnífico,
aturdente; como mío. Francamente, don Nicomedes, yo 614 LA LUNA DE MIEL.
Manuel Fernández y González, 189
10
El cansancio de los lirios: novela de cansancio de amor y de ...
... de calles espaciosas llenas de luz y de sol, donde el mercantilismo moderno
con su fiebre y estrépito aturdente de vehículos, de peatones y voceros de
mercancías, le habia hecho perder el encanto del reposo con esa beatitud
monástica ...
